Ni qué decir, Cienciano tiró la toalla. Se cansó de bregar tanto en el Clausura por lograr el título, que se quedó varado en altamar, viendo de lejos cómo se va el primer lugar del torneo. Minero, al conseguir el 1-1, se salvó del descenso.
Por la forma cómo jugó Cienciano, fácil, Juvenal Silva no tendrá mucho trabajo por darle vuelta a la situación. El próximo año, si no nos desafilian, buscará ganar el Apertura, al no tener la Copa Libertadores. Para ello tendrá que cambiar a más de medio plantel.
Así es, el 2009 -porque este año ya no juega a nada- el “Papá” buscará jugadores que vivan la camiseta roja, que la suden dentro de la cancha y no en las discotecas, que se comprometan con el objetivo y un técnico que respete el buen momento de sus jugadores.
Frente a Minero tuvo chispazos de ese equipo por el cual los cusqueños inflaban el pecho. Atacó por las bandas con Guizasola, quien se apoyó siempre con Montes, y precisamente el gol rojo llegó cuando cedió un pase a Salom, a los 18’, y mandó el balón en el fondo del arco de Flores.
El elenco de Matucana no temía a la altura, mientras que en Cienciano los jugadores que no descansan mucho y que suelen trajinar de madrugada, como Mario Gómez, se quedaron sin físico. Antes del término del primer tiempo éste último no marcó a Leyva, quien centró un balón hacia Pérez, que fue trabado por Romaña y el árbitro Carrillo decretó el penal. Franco Mendoza, a los 45’, marcó así la igualdad.
El complemento no tuvo nada especial. Hubo intentos por el desempate. Nunca llegó por falta de precisión y ambición. Es que un equipo se contentó con asegurar la Sudamericana y el otro con salvarse del descenso.
Por la forma cómo jugó Cienciano, fácil, Juvenal Silva no tendrá mucho trabajo por darle vuelta a la situación. El próximo año, si no nos desafilian, buscará ganar el Apertura, al no tener la Copa Libertadores. Para ello tendrá que cambiar a más de medio plantel.
Así es, el 2009 -porque este año ya no juega a nada- el “Papá” buscará jugadores que vivan la camiseta roja, que la suden dentro de la cancha y no en las discotecas, que se comprometan con el objetivo y un técnico que respete el buen momento de sus jugadores.
Frente a Minero tuvo chispazos de ese equipo por el cual los cusqueños inflaban el pecho. Atacó por las bandas con Guizasola, quien se apoyó siempre con Montes, y precisamente el gol rojo llegó cuando cedió un pase a Salom, a los 18’, y mandó el balón en el fondo del arco de Flores.
El elenco de Matucana no temía a la altura, mientras que en Cienciano los jugadores que no descansan mucho y que suelen trajinar de madrugada, como Mario Gómez, se quedaron sin físico. Antes del término del primer tiempo éste último no marcó a Leyva, quien centró un balón hacia Pérez, que fue trabado por Romaña y el árbitro Carrillo decretó el penal. Franco Mendoza, a los 45’, marcó así la igualdad.
El complemento no tuvo nada especial. Hubo intentos por el desempate. Nunca llegó por falta de precisión y ambición. Es que un equipo se contentó con asegurar la Sudamericana y el otro con salvarse del descenso.
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