Ibáñez recordó el título de la Recopa 2004 en el estadio de Ft. Lauderdale


Está igualito. Es más, vestido así, guantes, chimpunes y ropa deportiva, Óscar Ibáñez parece entrenado para jugar, no para dirigir. Pero no es así. Seis años después del último partido glorioso de un equipo peruano, la final de la Recopa Sudamericana con Boca Juniors, Ibáñez ha regresado a Fort Lauderdale, para contar el secreto, esta vez como preparador de arqueros de la selección. “Tenemos arquerazos y yo tengo que ser, sobre todo, un consejero”, dice. Uno lo ve aquí, trabajando bajo la lluvia con Raúl Fernández y Salomón Libman, y es bueno saber que él cuenta con herederos al trono, que él ocupó de 1999 hasta el 2004. Uno lo ve aquí, tan aplaudido (y fotografiado) como Farfán o Markarián, igual de trabajador como cuando era alumno y no ‘profe’, y está claro que ya es hora de cerrar el libro de futbolista con una nota así. Ibáñez para el marco. 7 de setiembre del 2004. Cienciano campeón de la Recopa. Dos penales atajados a Carlos Tevez y Fabián Vargas. El día en que Óscar fue el rey de los Unos.

¿Qué fue lo primero que pensaste apenas llegaste a Fort Lauderdale ahora, después de esa Recopa?
En Cusco. En todo lo que esa gente me hizo vivir. En todo lo que viví con los muchachos en el viaje de vuelta. No te miento si confieso, no sé si por primera vez, que después de ganarle a Boca me sentí un héroe. Y por suerte, la gente no se olvida de eso. Me lo hizo sentir también.

¿Es cierto que se conmovieron con Santiago Acasiete en el vuelo de Toronto aquí?
Sí, porque Santiago también se acuerda y jugó un partidazo. Después de eso se fue a España a jugar en Almería. Yo lo fastidio porque así como pateó ese penal no lo vi patear nunca más, je. La vida ha querido que volvamos al mismo estadio, esta vez con la selección y el reto es el mismo: ganar.

¿Por qué ganó Cienciano ese campeonato si no era (no es), necesariamente, una institución modelo?
Por el grupo, por Freddy [Ternero], por todo el clima ganador que se había generado a favor del Cienciano de esa época. Cuando a nosotros nos dijeron que jugábamos con Boca esa final, no sabes cómo se pusieron de locos los muchachos. Querían entrar a la cancha en ese ratito.

¿Y eso quiere Markarián aquí con la selección? ¿Cómo se transmite?
Voy a hablar poco de eso porque Sergio nos ha pedido discreción. Pero ustedes lo han visto aquí, en la Videna y en Toronto: él quiere que todos estemos –y los incluyo– juntos para cuidar a este grupo. No es fácil empezar de cero con toda la historia reciente que tenemos. Pero ya está. Hay que entrenar, jugar y acostumbrarnos a ganar. Sergio lo que quiere es construir algo importante en el fútbol peruano. No quiere pasar así nomás por aquí.

¿Por qué no aceptaste ‘dobletear’ con la ‘U’ y seguir en la selección? ¿Era una opción, no?
Sí, pero ya estaba comprometido con Sergio y no iba a poder. Lo de la selección me interesaba mucho porque complementaba lo que estaba haciendo: dirigir a menores.

¿Por qué ese capítulo con Cienciano será irrepetible?
Porque posicionó no solo a Cienciano, sino a todo el fútbol peruano a otro nivel. Nos puso en donde todos queríamos estar: el primer plano. Cuando pasan las repeticiones de Fox no dicen que ganó Ibáñez, o Acasiete o pateó el Checho. Dicen que fue un equipo peruano el campeón.Tú conoces ese arco, el del Lockhart Stadium, donde Libman debutará con la selección mayor esta noche.

¿Cuál es el secreto para atajar penales allí?
Nada. Mucha concentración y eso. Salomón ha trabajado muy bien en estos días y yo deseo que le vaya muy bien. Él y Raúl, los chicos que vinieron aquí esta vez, porque no me quiero olvidar de nadie, tienen todo para destacar en la selección. Y si les toca mejorar que lo hicimos nosotros yo voy a ser el primero en aplaudir.

¿Cuál fue la clave para ganarle al Boca de Tevez y Abbondanzieri?
¿Te acuerdas que metimos todos los penales? Eso fue. Tú no puedes fallar en una final. Debes esperar el error del otro. Yo tapé dos y listo, campeones, je.

¿Si Cienciano te llama para dirigir así como está, irías?
Se especuló mucho eso hace un par de meses pero no. Está el Checho allí peleando y yo lo apoyo. Ahora se está organizando un partido allá para mediados de setiembre y seguro que voy a estar en el Cusco. Y va a ser imposible que los recuerdos no me invadan por completo. Voy a morir agradecido con toda la gente.

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