Cienciano jugó sin entrenar, y así y todo, se impuso 1-0 a Gálvez. Su triunfo fue por autogol de Ronceros


El corazón pudo más que la razón. Cienciano no fue el claro dominador en el encuentro disputado en el Garcilaso, sin embargo un regalito de José Gálvez le bastó para adueñarse de los tres puntos. Esos que fueron más que puntos de honor. Y es que luego de tener una semana condimentada de múltiples problemas económicos y descontentos, los rojos sacaron el conejo de la galera, pusieron al hombro sus dilemas y salieron con un solo propósito: Ganar.

No entrenaron, no se prepararon, y mucho menos estudiaron al rival. Los cusqueños estabán pensando en los recibos por pagar, en las cuentas por cancelar, y en las pensiones escolares de sus hijos que saldar. Pero dejaron la calculadora de lado y tomaron la iniciativa, más que garra, era 90% necesidad.

En la primera etapa dominaron, aunque sus embates no fueron de peligro, tuvieron ocasiones, pero un atento arquero Ferreyra controlaba el riesgo. Los minutos trancurrían, el gol no llegaba, pero un grueso error de José Galvez fue el causante para que inaugure el marcador. No para beneficio propio, sino para los de casa.

Cavallo buscaba inflar las redes de Ferreyra, y él mismo propició el primer gol de los cusqueños. El volante tuvo dos ocasiones para abrir el marcador, pero la tercera fue la vencida. Un centro suyo, aparentemente inofensivo, provocó la desesperada salida del golero visitante. Montes la peleó entre el guardameta y el zaguero Ronceros, pero el arquero reventó la pelota en el pecho de su defensa provocando un autogol.

Cusco agradecía el regalo, Ronceros lo sufría. triunfo cusqueño por 1-0.

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