Cienciano venció 2-0 a Cristal en el estadio San Martín y se levanta en el Descentralizado


Todos los rojos celebran, menos Uribe. No quiere que su alegría sea un espectáculo público. Acaba de ganarle al equipo de su vida. Desde la tribuna no falta un grito en alusión a Oblitas. Enséñale a ese 'vago', le dicen.

Uribe, el del amplio muestrario de ternos, ganó el partido bien armado en defensa. Luego salió para explotar la angustia de Cristal sin hacer demasiados alardes.

Cienciano jugó de menos a más, como decía el recordado Marcos Calderón. Hizo un fútbol recio, brillante y voraz. Y alcanzó la última parte del encuentro como un bólido, con más ritmo que los celestes.

A los 18' del segundo tiempo, Guizasola desborda y centra para Villarreal, que de acrobática tijera marca el primero. ¡Golazo! El colombiano parecía un supersónico, flotando en el aire y disparando como misil. Sin tregua y sin cháchara, desquiciaba a Cristal.

Lo demás fue un equipo celeste a la carga, que no es lo mismo que al ataque. Y en plena voracidad rimense, el equipo de Oblitas desprotegió su defensa y Sergio Junior aprovechó un contragolpe para matar en los descuentos. El brasileño es un homicida que no tiene a bien malgastar sus balas.

Este Cristal no intimidó al Papá, se mostró irreconocible, desdibujado y apático. Sin ese fútbol agresivo que lo calificó de equipo arrollador.

De arranque el elenco imperial se adueñó del esférico, desesperando a su rival. A cuentagotas el local insinuó timorato, con el Vagón a los 18' y a los 41' con Villalta, haciendo figura a Jhonny Vegas que transmitía calma desde el fondo.

A sabiendas de la fragilidad del Cristal, el Papá se hizo fuerte en el complemento para ir decidido por el triunfo. Apenas a los 2' el colombiano Romero en gran jugada personal se metió solo, pero Heredia lo impidió. El camino estaba marcado y el debutante Villarreal entendió el mensaje y anotó.

Entonces, Juan Carlos Oblitas sacó lustre de su chapa de ciego y en un acto suicida apostó por la juventud de un chiquillo de 18 años (Jaime Vásquez) para reemplazar al Chorri, y terminó ahogándose en la desesperación. Cuando más insinuaban los rimenses en busca del empate llegó el segundo del Papá en el epílogo del partido.

Cienciano logró un triunfo fundamental. Parece que ya quedaron lejos los tiempos de esquizofrenia futbolística, cuando todo podía pasar, hasta perder en mesa, como cuando en el inicio nomás del Descentralizado tuvo que resignarse a que le resten los tres puntos que le había ganado a Melgar.

Cristal jugó por debajo de sus posibilidades. Un suicidio si Cienciano propone actitud y entrega.

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